Mokusō 黙想

9 01 2010

黙想 Mokusō: Meditación

Hace ya un par de años que me enseñaron a hacer meditación. Me enseñaron muy poquito, pero suficiente para poder empezar. Y es curioso como cada vez, te engancha más porque te permite relajarte y transforma tus pensamientos invasivos en tranquilidad y paz.

Mi forma de meditar consiste en sentarme con las piernas cruzadas sobre algún cojín, en algún lugar blando. Que suele ser sobre mi almohada sentado en mi cama. Junto las manos una encima de otra bajo la barriga. Y me apoyo en la pared para descansar la espalda, aunque también se puede hacer sin respaldo, pero cansa más.

Desde ahí, cierro los ojos, y me concentro en inspirar y expirar usando el abdomen, sin mover el pecho en la respiración. E intento no pensar en nada. Que suele derivarse en pasar a pensar una sola cosa (a saber que se me pasa cada día por la cabeza), en vez de que se me crucen ideas y pensamientos continuamente. Y a veces, tras meditar un buen rato, consigo no pensar en nada, durante un poco de tiempo.

Mientras respiro, me concentro en visualizar el aire como si recorriera la espalda subiendo por la cabeza, y enroscándose en el abdomen, y como luego se desenrosca y sale por la linea central el pecho hasta salir por la boca. Es por ello que inspiro por la nariz, y expiro por la boca. Y para estar un poco más relajado, la boca la mantengo entreabierta y para respirar solo por la nariz subo la lengua al paladar.

Recorrido Imaginario de la respiración

Sombra de Hirokazu Kanazawa mostrando la visualización del recorrido de la respiración.

En medio de la meditación se me suelen saltar las lágrimas… es algo curioso. No me siento ni triste ni alegre en absoluto, pero mi cuerpo se relaja y parece que llora porque necesita desahogarse, aunque yo solo esté tranquilo sentado, intentando no pensar en nada.

Me indigna saber que en medio de la meditación algunas sectas utilicen el estado de total y absoluta concentración para sugestionar a los individuos visualizando a Dios, o a todos los seres vivos, o a su creador, o vete tu a saber que… E incluso realizan cánticos repetitivos en medio de esto para aumentar la sugestión. Bueno, sigamos con lo que iba.

Intento esforzarme en visualizar una pared blanca. Tan blanca y brillante que no se le nota ni el más mínimo ápice de sombra, ni de forma. Hasta ver que estoy en un sitio en el que no hay nada. Y de ahí es cuando paso a sentir que ya no pienso en nada. Hasta que viene ese pensamiento de cualquier otra cosa que haya estado pensando durante el día, y me corta el rollo. Así que vuelvo a pensar en la pared blanca una y otra vez…

Tras una meditación larga (lo que sería para mi una media hora meditando), te encuentras mucho mas relajado, y si lo realizo varios días seguidos, empiezo a notar la sensación de que me cabe más oxígeno en los pulmones, como si de cada inspiración pudiera tomar más aire.

Generalmente, si lo pienso bien, debería de meditar antes de empezar a hacer Karate-Dō, y al terminar. Primero para que no influya en el entrenamiento mis sentimientos negativos o de nerviosismo que lleve arrastrando durante el día. Y al finalizar para recuperar la calma tras el esfuerzo. Pero al final acabo meditando antes de dormir, para tranquilizarme y usarlo como relajante muscular y mental. Y así evito dormirme pensando en miles de cosas, que así no se duerme bien.

Supongo que lo mejor sería hacerlo las tres veces. Seguramente con el tiempo, si esto sigue enganchándome, acabaré haciéndolo. Espero que tras esta entrada alguien se anime a meditar para relajarse.

Hichōkei Yūki
火長兄 勇気





Sensei 先生

5 01 2010

先生 Sensei: maestro, profesor.

Hace poco tiempo hablé con una persona, que bien podría recibir la categoría de maestro por su forma de ver las cosas. Me sorprendió escuchar su relato sobre su entrenador.

Me contó que entrenó con el mejor entrenador de la época, y no solo él lo dice, sino también todas las personas que lo conocieron. También me dijo, que tras aprender muchísimo sobre sus explicaciones, llegaban a puntos en los que las opiniones de ambos eran tan distintas, que al final, tuvo que buscar su propio camino. Y tristemente este tema salió porque esta gran persona murió hace unos pocos años. Y me hizo pensar, pues me veo un poco como él.

Puedo decir con orgullo que siempre he buscado y he encontrado a los mejores maestros que he podido tener. Estoy muy orgulloso de ello, y de echo, siempre aconsejo a las personas que empiezan a entrenar Karate que vayan con mi maestro.

Esto puede parecer contradictorio si hace ya tiempo que no entreno con él, pues me siento en la inquietud de buscar mi propio camino. Se que pensará de mi que soy un vago, o que no se valorar a un gran maestro. Y es por ello, que siempre que va gente de mi parte a entrenar, se siente extrañado.

Sin embargo, tenemos tantas cosas en común, tantas ideas parecidas sobre los conceptos importantes y tanto entusiasmo en encontrar las verdades ocultas, que las diferencias que nos separan frente a otros practicantes o maestros hacen de nuestras diferencias una nimiedad.

Veo que mi sensei y yo somos dos caminantes que suben a la cima de la montaña de la sabiduría por senderos distintos y ,aunque parecen alejados a simple vista, no lo están respecto a aquellos que solo dan vueltas en circulo y no avanzan nada, o los que se tiran cuesta abajo desaprendiendo lo aprendido.

También se que es mejor entrenar con un maestro, para corregir los errores, y tener una visión más clara pero… ¿Dónde quedaría sino el espíritu aventurero?, esa fuerza invisible que te empuja a descubrir cosas nuevas, o ya sabidas, pero que al ser redescubiertas por uno mismo se quedan grabadas en la memoria con mucha más fuerza.

Tristemente, yo también deseo ser un gran sensei, y para ello, seguramente algunos buenos alumnos desaparezcan por nuestras diferencias… Espero dejarles en el tiempo que pasen por mis manos la ilusión y los conceptos claros, para que incluso en las noches más oscuras, no se pierdan en los caminos, que muchas veces son engañosos.

Él será siempre mi Sensei y yo nunca dejaré de buscar mi camino como él me enseñó. Aunque nuestros caminos parezcan lejanos.

Hichōkei Yūki
火長兄 勇気





Debil y Fuerte 弱い と 強い

25 10 2009

弱い Yowai Débil
強い Tsuyoi Fuerte

Leí hace poco en el blog de Charles C. Goodin sobre no golpear a las mujeres, y tiene mucha razón, pero me mosquea que se considere a las mujeres débiles por ser mujer. Y que, como se lleve ahora mucho de moda la alarma social por los malos tratos, no se tenga en cuenta que golpear a una mujer más débil, es tan despreciable como golpear a un niño, o a un abuelo, que también sean más débiles. Todo hay que evitarlo, y no es una cosa más importante que otra.

Para expresar de forma general las actitudes en las que se pueden englobar las personas en función de su forma de ser violentos he pensado este símil:

El Fuerte que busca a los Fuertes para pelearse. Éste personaje es un matón, que va en busca de adversarios fuertes, cruzándose muchas veces con algunos no tan fuertes, generalmente para demostrarse a sí mismo su hombría, o su destreza, porque en el fondo está inseguro de sus capacidades.

El Fuerte que golpea al Débil cuando ve que flaquea. Esta persona es un auténtico cobarde, pues sólo golpea cuando sabe que va a salir ileso, y así somete a los demás a su violencia. Y de echo, huye siempre de las peleas contra gente fuerte. En este saco entran los maltratadores de los que hablamos. Pues nadie conoce que son agresivos, y en su casa golpean a su mujer, a sus hijos, y hasta a su perro de forma indiscriminada. (Es posible que esto también lo hagan algunos del grupo anterior, pero por ser tan violentos, son más fáciles de detectar)

El Débil que vive atemorizado por los Fuertes. Esta persona son las típicas víctimas, pues no tiene la fuerza suficiente para defenderse. En este caso, podríamos incluir a todas las personas indefensas, con especial énfasis en las que son más inhumanos los ataques como contra las personas mayores indefensas, niños pequeños, y amas de casa maltratadas. A estas personas habría que enseñarles a ser fuertes, pues no es justo que vivan asustadas.

El Débil que sabe que todos los demás también son Débiles. Esto es una persona realmente valiente, aquí es a donde debería de aspirar todo el mundo. Y se llega cuando descubrimos que pelear no tiene sentido, pues si es posible que ganes (en nuestro caso que conocemos artes marciales, más), sabes que alguna hostia es probable que te lleves, y no merece la pena ni arriesgarse, pues al final todo el mundo pierde, porque aunque salgas ileso, no has sido capaz de controlar la situación, y eso es triste. Aunque tampoco se doblega ante ningún Fuerte que quiera imponerse, intentando siempre combatirlo con la no violencia.

En la vida es posible que hayamos pasado por más de una etapa, o de varias al mismo tiempo, pero para mi siempre hay que aspirar a la última, lo que es ser una persona equilibrada. Y con esto quiero expresar un poco más mi visión del precepto del Dōjo-Kun de Rechazar la Violencia, pues esta es desdeñable, y es contra el mayor enemigo al que nos enfrentamos los hombres de Dō.

Hichōkei Yūki
火長兄 勇気





AndanDō 道 に 歩いて

19 06 2009

歩く Aruku, andar, caminar

Hace poco fui con mi Aite de Senderismo.

Es emocionante sentirse rodeado por la naturaleza y que ésta te haga recordar que eres insignificante respecto a la grandeza de las montañas, y que en esos momentos te sientas como algo tan pequeño que es invisible dentro de la inmensidad del universo.

Una vez llegamos a una explanada, hicimos Karate-Dō.

Mientras realizábamos los Katas en medio de la naturaleza, dejamos atrás esa sentimiento de invisibilidad, para sentirnos como dos pequeñas piezas que estaban allí en armonía con todo, y que habían pasado a ser importantes en el universo, como pequeños engranajes de un reloj, que solos no sirven para nada, pero juntos y en movimiento, son capaces de hablar con el tiempo.

En esos pequeños momentos, es cuando comprendo que es para mi el Dō.

Hichokei Yuki
火長兄 勇気





Profano 疎い

22 05 2009

素人 Shirōto, profano, lego, desconocedor

¿Cómo le explicarías a un profano que es el Karate-Dō?

Llevo mucho tiempo explicándolo, lo he intentando describir de miles de formas, es tan amplia y tan extensa mi descripción del Karate-Dō, que a cada persona con la que hablo sólo puedo contarle una pequeña descripción, una pequeña parte de lo que significa para mi.

Voy a intentar describir otra pequeña parte de lo que significa para mi El Karate-Dō.

El Karate-Dō es arte, no un deporte, porque uno no intenta vencer a los demás, intenta ser mejor que él mismo, y aprender a ver que ha mejorado respecto ayer, y que le quedará por mejorar mañana.

El Karate-Dō es humildad, porque al escucharte y esforzarte en la auto-mejora, quitas las envidias insanas y te ayuda a comprender que demostrar que eres mejor que los demás, no te hace mejor que los demás. Y te enseña que cada día tienes que intentar ser mejor que el día anterior.

El Karate-Dō es liberador, pues cada movimiento realizado con fuerza, expulsa la rabia acumulada, el odio adquirido durante el día, como si cada puñetazo expulsara de ti la energía maligna que te genera los pensamientos negativos.

El Karate-Dō son palabras en silencio, pues cuando trabajas con un compañero, aunque no se hable de nada, se transmiten tus penas y tus alegrías, y al finalizar te sientes como si hubieras hablado con un buen amigo de todo ello, y ahora tus penas te pesan menos, y tus alegrías son aún más grandes.

El Karate-Dō es paciencia, pues te hace comprender que todas las personas aprenden lento, desde nuestro trabajo diario mejorando nuestro Karate-Dō, hasta el mundo que a veces es injusto, y poco a poco intentamos arreglarlo.

Y aunque del Karate-Dō me quedan muchas cosas por describir, espero que con esto empiece un esbozo que haga comprender algo que sólo con la práctica bajo un buen maestro puede comprenderse.

Hichokei Yuki
火長兄 勇気