Entrenar 練習

26 06 2009

練習 Renshu, entrenamiento, practica

Casi desde que empecé a hacer Karate-Dō, siempre he entrenado por mi cuenta para mejorar todo lo que aprendía en clase.

Siempre cogía, y me buscaba mi pequeño hueco dentro de mi casa, donde poder realizar los Katas, o aquellos movimientos o combinaciones que se me habían atragantado al realizarlos.

Y en todo este proceso, aprendí muchas cosas. Y me atrevería a decir, que aprendí más sobre mí mismo, que sobre el Karate-Dō. Descubrí, que la constancia era un problema importante a resolver. Siempre tenía épocas en las que practicaba casi a diario entre dos y tres horas al día. Y otras épocas, en las que ni siquiera me acordaba de ir al Dōjō a entrenar.

Descubrí que repetir las misma técnicas una y otra vez, sólo se hacía ameno si la técnica representaba algo especial y/o espectacular para ti. Y también descubrí, que nunca me cansé de realizar los Katas una y otra vez, pues si un sólo día pensaba que ya me sabía el Kata, siempre tenía los vídeos o las fotos de los grandes maestros realizando el Kata, de forma que, fijándome un poco, ya tenía para practicar por otra larga temporada corrigiéndome errores.

Aprendí que invitar y escuchar a tus compañeros, siempre te daba una forma nueva de ver las cosas, que te hacía sentirte de nuevo en el principio, investigando de nuevo, aquellas técnicas o combinaciones, o situaciones, que te habían añadido tus amigos para resolver.

Y cuando descubrí que era tener a mi Aite, a una compañera/o que te ayuda, y que al trabajar continuamente, te conoce, y empiezas a avanzar, me di cuenta, que el Karate-Dō todavía tenía muchas más cosas que contarme, y ahora, tenía una nueva forma de entenderlo, avanzando con una compañera.

Al final, en todo esto, si que hay una cosa que me gustaría decir, que siempre me corroyó de dudas por dentro, y era, que si entrenaba sólo, lo iba a hacer mal. Al hacerlo aprendí, que la única forma de aprender es equivocándose, por lo que no hay que tener miedo a los errores, y que mejorar sin practicar es imposible, así que practicando aunque sea mal, seguro que se mejora más que si no se hace nada.

Y para aquellos que piensan que las manías son el auténtico problema. Un Karateka de verdad, no tiene que tener miedo a que para corregir algo que hace mal, tenga que practicar más, y encima sobre algo que corregir. Eso es lo que desea un verdadero Karateka, mejorar, y mejorar, y ser mejor que él mismo cada día que pasa.

Cuanto más practiques en el Dōjō, en tu casa, en la casa de tus amigos, en el campo y más le preguntes a tu maestro, más aprenderás.

Hichokei Yuki
火長兄 勇気