Sensei 先生

5 01 2010

先生 Sensei: maestro, profesor.

Hace poco tiempo hablé con una persona, que bien podría recibir la categoría de maestro por su forma de ver las cosas. Me sorprendió escuchar su relato sobre su entrenador.

Me contó que entrenó con el mejor entrenador de la época, y no solo él lo dice, sino también todas las personas que lo conocieron. También me dijo, que tras aprender muchísimo sobre sus explicaciones, llegaban a puntos en los que las opiniones de ambos eran tan distintas, que al final, tuvo que buscar su propio camino. Y tristemente este tema salió porque esta gran persona murió hace unos pocos años. Y me hizo pensar, pues me veo un poco como él.

Puedo decir con orgullo que siempre he buscado y he encontrado a los mejores maestros que he podido tener. Estoy muy orgulloso de ello, y de echo, siempre aconsejo a las personas que empiezan a entrenar Karate que vayan con mi maestro.

Esto puede parecer contradictorio si hace ya tiempo que no entreno con él, pues me siento en la inquietud de buscar mi propio camino. Se que pensará de mi que soy un vago, o que no se valorar a un gran maestro. Y es por ello, que siempre que va gente de mi parte a entrenar, se siente extrañado.

Sin embargo, tenemos tantas cosas en común, tantas ideas parecidas sobre los conceptos importantes y tanto entusiasmo en encontrar las verdades ocultas, que las diferencias que nos separan frente a otros practicantes o maestros hacen de nuestras diferencias una nimiedad.

Veo que mi sensei y yo somos dos caminantes que suben a la cima de la montaña de la sabiduría por senderos distintos y ,aunque parecen alejados a simple vista, no lo están respecto a aquellos que solo dan vueltas en circulo y no avanzan nada, o los que se tiran cuesta abajo desaprendiendo lo aprendido.

También se que es mejor entrenar con un maestro, para corregir los errores, y tener una visión más clara pero… ¿Dónde quedaría sino el espíritu aventurero?, esa fuerza invisible que te empuja a descubrir cosas nuevas, o ya sabidas, pero que al ser redescubiertas por uno mismo se quedan grabadas en la memoria con mucha más fuerza.

Tristemente, yo también deseo ser un gran sensei, y para ello, seguramente algunos buenos alumnos desaparezcan por nuestras diferencias… Espero dejarles en el tiempo que pasen por mis manos la ilusión y los conceptos claros, para que incluso en las noches más oscuras, no se pierdan en los caminos, que muchas veces son engañosos.

Él será siempre mi Sensei y yo nunca dejaré de buscar mi camino como él me enseñó. Aunque nuestros caminos parezcan lejanos.

Hichōkei Yūki
火長兄 勇気


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